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UNA GRAN HUELGA GENERAL MUNDIAL EL MIÉRCOLES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2010
El actual sistema capitalista, en su fase imperialista, tiene como principales características la concentración monopólica de la producción, la dominación del capital financiero y el parasitismo económico, el gran poder militar para defender el dominio mundial en lo político y en lo económico, la opresión de las naciones más débiles, y la universal tendencia al conservadurismo político.
Al igual que en 1914 (en vísperas de la Primera Guerra Mundial) y en 1939 (en vísperas de la Segunda Guerra Mundial), las contradicciones básicas entre la economía mundial y el estado nación; entre la producción socializada y la apropiación privada de los medios de producción son contradicciones que pueden generar otra guerra mundial catastrófica.
Pero estas contradicciones básicas del sistema capitalista mundial también pueden generar las condiciones objetivas para el derrocamiento del capitalismo, la socialización de la industria y las finanzas, la globalización de la vida económica, y el poder social de la clase obrera.
Después del colapso de la Unión Soviética y los llamados países del bloque “socialista” en 1991, los ideólogos y apologistas de la burguesía proclamaron "El fin de la historia.", que se traduce en la afirmación del fin del socialismo y el triunfo final del capitalismo. La crisis económica y el rechazo y la resistencia mundial de los trabajadores a los dictados del FMI, Banco Mundial y la OCDE han demostrado que la revolución social y política sigue viva, por no hablar de la historia misma.
La clase obrera internacional del siglo XXI sabrá enfrentar y resolver los problemas históricos que las generaciones anteriores no pudieron resolver.
La estrategia socialista revolucionaria sólo puede desarrollarse sobre la base de aprender de las lecciones de las luchas pasadas. El método materialista dialectico (marxismo) es el soporte teórico y político para entender el proceso de cambio. La clase obrera debe aprender de la historia, pero no sólo de sus victorias, sino también sus derrotas para estar en condiciones de enfrentar las exigencias del nuevo período de lucha revolucionaria que no será nacional, sino mundial.
La crisis económica del sistema capitalista de la cual todavía no se ha recuperado plantea la lucha de la clase trabajadora de la ciudad y del campo no en el terreno nacional, sino en el plano mundial, por ello debemos sumarnos al llamado que están realizando nuestros hermanos trabajadores europeos para un gran movimiento de resistencia mundial para este próximo miércoles 29 de septiembre.
Para ello es necesario se inicien a la brevedad los preparativos de un gran frente único mundial de todas las organizaciones sociales y políticas que se reclamen de la clase trabajadora construido desde la base.
Por ello también es urgente y necesario impulsar la instancia organizativa y política que de continuidad a la lucha de la resistencia mundial.
¡¡¡ A construir una Quinta Internacional de los Trabajadores !!!
