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NUESTRA HERENCIA: José T. Cardoza Olivas

NUESTRA HERENCIA, LA HERENCIA DE LOS TRABAJADORES
JOSE T. CARDOZA OLIVAS

La Voz de la Resistencia pública la serie NUESTRA HERENCIA escrita por José T. Cardoza Olivas para orientar a los trabajadores interesados en roganizar a sus compañeros en la defensa de sus derecho laborales

SEGUNDA PARTE

LA HERENCIA DE LOS OBREROS, PRODUCTO DE LA LUCHA DE NUESTROS ABUELOS Y PADRES SE VE REFLEJADA EN LAS CONQUISTAS DE LAS LEYES FEDERAL DEL TRABAJO Y DEL SEGURO SOCIAL

NUESTRA HERENCIA 1


          Se murió el “Chabelo”, se accidento en la fábrica y se murió todito, ¡Se murió el Chabelooo…!
          Este grito estremeció a los chavos de la “banda” cuando tranquilos cotorreaban en la esquina donde cada noche se reunían.
          Tranquilos, tranquilos, repitió Pancho, él cabeza de la “banda
          Enrique, todavía con voz alterada, repetía una vez más la amarga historia del accidente en donde había muerto el “Chabelo”.
          Solidarios como siempre, la “banda”, integrada por jóvenes de un barrio popular, inició la cooperacha para ayudar a la familia del Chabelo con los gastos del funeral.
          ¡No sé vale!, Él pinche patrón; no quiere reconocer que el Chabelo era su trabajador. Y como el Chabelo no estaba asegurado, hoy la familia tendrá que pagar todo; hasta el funeral. No se vale que estos pinches patrones, para explotarnos si nos reconocen; pero para pagarnos, se hacen los muy cristianos los bueyes y pura... Repetía y maldecía Pancho.
          Con la rabia y la impotencia, se encontraron con Don Regino, viejo luchador sindical, fogueado en mil batallas, que los interrumpió y les dijo.
          Cuando un pueblo no conoce sus derechos y sus enemigos se dan cuenta de ello, lo engañan y los roban una y otra vez.
          La banda, freno su paso y se dirigió al viejo y le cuestiono enojada.
          No conocemos nuestros derechos por que en la escuela nunca nos los enseñan; si no somos pendejos, eso ya lo sabemos.
          No son pendejos, pero si son dejados, que es casi lo mismo. Fue la respuesta contundente.
          A ver a ver, explíquese Don, exclamo el Pancho, ¡por que eso si ya duele!.
          El Don, con la sabiduría del viejo, les volvió a picar el orgullo.
          Déjense ya de llorar y en memoria del Chabelo, eviten que el patrón se salga con la suya, ¿ó se la van a perdonar?
          Ni madres, ese pinche patrón no se sale con la suya. Sale vale, le ponemos en su madre y ya esta, exclamó Vicente.
          Si no son pendejos, se pasan, exclamo el Don.
          ¿Entonces qué hacemos?, no se pase Don, no abuse por viejo
          Primero hay lograr que reconozcan al Chabelo como trabajador, que le paguen a la familia y después evitar que sigan explotando a otros trabajadores dejados como ustedes y el Chabelo.
          Que paso Don, no se meta con el muerto, dijo enojado el Pancho.
          Si realmente lo estimabas, no dejaras que a otros les pase lo mismo.
          ¡Claro que no!
          Empecemos por reunir todos los datos y documentos que prueben que el Chabelo era trabajador y después que se murió en un accidente de trabajo.
          Sale vale Don; esa voz si me agrada, en memoria del Chabelo hay que organizarnos.
          ¡Clarines…!, vamos a responderle al Pancho y apoyar a su familia, exclamo Pepe.
          Pero en esa fábrica no dan contrato de trabajo, y lo hacen a uno firmar hojas en blanco cuando entra a trabajar, no nos registran en el IMSS y pagan en efectivo, no dejan huella los cule...
          ¿Cuántos tiempo tenía Chabelo de haber entrado a trabajar.
          Un mes.
          Según el artículo 15 de la Ley del Seguro Social, el patrón debe registrar a sus trabajadores en el Instituto a más tardar en los primeros cinco días de que el trabajador inicio a trabajar. Y el Chabelo ya había rebasado ese límite. Debemos conseguir testigos que declaren que trabajaba, testigos del accidente.
          De esos si hay, y muchos, toda la banda y la gente de la colonia que compraba en la fabrica.
          No va a ser fácil muchachos, pero con eso empezamos, por el Chabelo, vale la pena.
          Sale pues Don, usted díganos como le hacemos y le atoramos.
          ¡Chiro mi buen!, yo tengo mas de un año y el patrón no me da el Seguro Social.
          Yo si tengo seguro, pero me lo dio después de tres años de firmar contratos cada mes.
          Yo soy chofer en la fábrica y me tiene como asimilado a salarios, dice que no tengo derecho a prestaciones. Y acá mi cuate es de confianza, y este otro es de honorarios.
          Ya ven, ya están cuatro testigos, explotados y engañados como el Chabelo. Pero déjense de creerle a su patrón, todos ustedes son trabajadores y tiene derechos, pero como les inventan y ustedes se lo creen, el patrón se aprovecha de su inocencia, de su….
          Eso también duele Don, que le digan a uno sus verdades.
          ¿Oiga Don?, entonces ¿no existen los choferes asimilados a salarios y los torneros de honorarios?
          No, no existen, son puros cuentos, conforme a la Ley Federal del Trabajo no existen, son inventos, y los dejados caen.
          Y los contratos cada treinta días ¿qué onda?
          También te engañan: Los artículos 35, 36 y 37 de la Ley Federal del Trabajo te dicen que sólo cuando lo exija la naturaleza del trabajo, es decir sólo en casos especiales te pueden contratar por tiempo fijo, y el artículo 39 también de la Ley Federal dice que si subsiste la materia de trabajo el trabajador será por tiempo indefinido, es decir no te pueden correr sino das motivo para ello.
          A que cabrón, pinche patrón; y ahí me tiene como pendejo cada mes temblando como cordero y amenace y amenace de que no me dará otro contrato.
          Ya lo ven, Cuando un pueblo no conoce sus derechos y sus enemigos se dan cuenta de ello, lo engañan y los roban una y otra vez, repitió una vez más el Don.
          Pero el del sindicato dice que los contratos de 30 días son buenos.
          Te engaña, también te engaña.
          Pos claro, intervino Pancho; si cada mes pasa por su cuota, se emborrachan, se ponen bien pedos él y el patrón, hasta putas hay, pos como no le va ha ayudar al patrón a engañarnos, si el del sindicato recibe su pago.
          Por eso organícense.
No es fácil Don, pero es más cabrón dejar a la familia con el paquete como el Chabelo y después todavía soportar la limosna y las risas del patrón y del charro traidor del sindicato.
Exclamó entonces con firmeza el Don: Déjense de llorar y empecemos a luchar por que reconozcan los derechos del Chabelo, y por ahí, los derechos de ustedes mismos.
continuara...