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domingo, 22 de febrero de 2015
¿PROSTITUCIÓN POLÍTICA?
¿POR
QUÉ SE HABLA DE PROSTITUCIÓN POLÍTICA?
José
Cardoza
Todo
ser humano tiene la libertad de hacer o no hacer de acuerdo a su consciencia,
pero la gente del poder y del dinero conoce el arte de aprovecharse de la
ignorancia, el miedo, la necesidad, el hambre o la falta de ética de las
personas. Si revisamos la historia de nuestro país encontramos que se acusa al
PRI de manejar las necesidades de la gente para comprar o prostituir su
conciencia o condicionar su voto, apoyan esta acusación infinidad de pruebas
que lo certifican; la última hazaña del PRI corrompiendo, prostituyendo la
voluntad popular es la entrega de miles y miles de televisores con el pretexto
del apagón analógico. Pero, desgraciadamente, no son los únicos que lo han utilizado,
lo utilizan. Los PANistas, PRDistas, los del PVEM como el gober de Chiapas; El
PAN en Puebla con el gobernador Moreno Valle, candidato en su momento del pANAL
de Elba Esther Gordillo lo utilizan de manera impune y descarada, sin que
exista castigo.
Si
algún individuo decide hacer o no hacer por su libre voluntad, es indudable
que, me guste o no me guste la decisión la debo respetar.
Pero,
cuando esta voluntad tiene lo que en derecho se llama “vicio de la voluntad”, ya
que esta, la voluntad, tiene por origen la entrega de algún bien, dinero o
condonación a cambio del voto, por lo que existe un condicionamiento, presión,
estímulo o engaño, nada me obliga a respetar esa voluntad que esta viciada. Es
el vicio de la voluntad la pequeña línea delgada que separa entre el llamado
respeto a la voluntad de otra persona y la denuncia (no respeto) de una
conducta típica de un fraude.
En
política, cuando algún grupo o partido gana una elección o decisión con la
expresión de la voluntad de los individuos, es inobjetable su derecho a pedir
respeto a la decisión mayoritaria. Pero no debe llamarse a sorpresa u ofensa, si
se genera un movimiento de repulsa cuando la elección o decisión es producto de
una voluntad viciada.
El diccionario de
la real academia de la lengua española, define a la prostituta como la “persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero”. Y a la
prostitución como la “acción y efecto de prostituir”. Esto nos permite
distinguir la acción de “tener relaciones sexuales” por libre voluntad, y el
mantener relaciones sexuales por un beneficio. Este último tipo de acción es
similar a la de votar para obtener dinero, una despensa o un recurso material.
Por ello, el término
prostitución política, se aplica al hecho de corromper o viciar la voluntad de un ciudadano,
para obtener un beneficio mutuo, que lesiona el ejercicio de la soberanía
popular y viola la Constitución. Así, gana el que vende su voto, voluntad o
silencio (prostituto político) el que lo compra (padrote o beneficiario), pero
pierde el pueblo o los ciudadanos que no se han prostituido, que de no hacer
nada serán obligados a soportar un gobierno ilegitimo que buscara recuperar el
dinero invertido en la compra del voto.
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