GOBERNANTES Y NARCOS COBARDES
La guerra de Calderón dejo siete nuevas víctima, cuyos cadáveres fueron hallados dentro de un vehículo en el fraccionamiento Las Brisas de Temixco, municipio conurbado de Cuernavaca. Entre las víctimas se encontraba Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del poeta y periodista Javier Sicilia, trabajador intelectual reconocido y estimado en el medio cultural y periodístico.
El poeta Javier Sicilia exige realmente justicia y que pare esta absurda guerra entre narco empresarios. Sicilia, a diferencia de Alejandro Martí, Nelson Vargas e Isabel Miranda de Wallace que también sufrieron la pérdida de uno de sus hijos en esta absurda guerra y han acabado justificando a los responsables de la inseguridad aceptando premios y reconocimientos ha llamado a la movilización social y ha obtenido una importante respuesta, fruto de su trayectoria honesta y consecuente.
Es evidente que la guerra es entre narco empresarios, que cuentan como aliados a los gobiernos federal (PAN) y estatales (PRI) y el objetivo es ver quien administra los más de 24 mil millones de dólares al año que deja como ganancia el narco.
Ante el llamado de Sicilia la solidaridad del pueblo honesto, del pueblo trabajador no se ha dejado esperar. Más de cinco mil personas han marchado en apoyo a Sicilia en Cuernavaca, Morelos y este miércoles 6 de abril se están proyectando marchas simultáneas en varias ciudades del país, entre ellas la ciudad de México.
Hacemos un llamado a todos los trabajadores de la ciudad y del campo a solidarizarse exigiendo justicia, exigiendo que cese esa guerra absurda en dónde las víctimas son trabajadores o hijos de trabajadores, mientras las ganancias son para los empresarios o para los políticos neoliberales.
La Voz de la Resistencia se une al grito del poeta Sicilia contra los cobardes que victimizan al pueblo:
A todos los gobernantes: Si no pueden renuncien
A los narcos: De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido…Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes…
Coordinadora Sindical Independiente y Democrática (COSID)
Coordinadora de Trabajadores y Organizaciones en Defensa del ISSSTE
LA VOZ DE LA RESISTENCIA
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