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jueves, 21 de abril de 2011
NARCO GUERRA, LAS VÍCTIMAS, TRABAJADORES E INDÍGENAS
Reproducimos una urgente nota de la agencia periodística CIMAC que revela las cobardes agresiones de los narco empresarios a las comunidades indígenas de la sierra Tarahumara. Ante la agresión el silencio cómplice de los gobiernos Estatal del PRI y del federal del PAN. Partidos beneficiarios de la narco guerra calderónica.
EXPULSAN SICARIOS A MUJERES Y NIÑAS DE JICAMÓRACHI EN LA SIERRA TARAHUMARA DEL ESTADO DE CHIHUAHUA
Patricia Mayorga/ CIMAC
Chihuahua, Chihuahua. La mayoría son viudas, corrieron con sus hijos hacia el monte de la Sierra Tarahumara cuando un grupo delictivo se apoderó de su pueblo y comenzó a incendiar sus viviendas.
Sus esposos, e incluso hijos varones, han sido asesinados en Jicamórachi, municipio de Uruachi. Los habitantes de ese poblado vieron desde el monte cómo un grupo de sicarios se apoderó del pueblo y quemó las casas del lugar.
Desde hace varios días en Jicamórachi –poblado enclavado en plena Sierra Tarahumara, colindante con Sonora, y a 10 horas de camino por tierra de la capital del estado– vive una historia de terror.
Son cerca de 150 familias, varias de ellas dirigidas por mujeres, las que habitaban el poblado y tuvieron que huir ante la llegada de hombres armados.
Algunos habitantes regresaron a sus casas luego de que los integrantes del grupo delictivo se fueron, pero saben que regresarán porque se refugian en Uruachi y las familias temen por sus vidas.
Aún hay alrededor de 10 familias (al menos 40 personas entre mujeres y niños) dispersas en el monte con la incertidumbre de la espera de su rescate por parte de las autoridades.
Han pasado noches en el monte, esparcidas por el amplio terreno de la sierra. Temen por su vida porque la única salida del pueblo está cerrada por los sicarios.
Aunque los delincuentes se van por momentos, lapsos que aprovechan los habitantes para ir por comida al pueblo, saben que regresarán.
Mientras las casas de Jicamórachi ardían y sus pobladores se escondían, un campesino en Bahuarichi, municipio de Guachochi, reportó el 2 de abril el hallazgo de siete cadáveres, unas horas después de que, precisamente, siete personas habían sido "levantadas" en el poblado de Samachique. Eran ellos.
Las corporaciones policiacas de diversos municipios aledaños se encuentran en alerta, pero carecen de recursos humanos y de armas para hacer frente a la situación y para rescatar a los habitantes. Algunos de ellos han decidido permanecer en el poblado aun con el riesgo.
Según los habitantes de Jicamórachi, hace una semana acudió el presidente municipal de Uruachi, Aldo Campos, quien repartió despensas entre la población. Le manifestaron al edil la urgencia de hacer algo para controlar al grupo delictivo, el cual ha mantenido asolada a la población desde hace tiempo.
Sin embargo, el alcalde indicó que él no podía hacer nada al respecto, ya que no existen en Uruachi elementos policiacos suficientes ni armamento adecuado para hacerle frente a la situación.
"Nos dijo que él mismo teme por su vida", manifestó una mujer viuda que permanece refugiada y que logró comunicarse desde su celular con elementos de la Zona Militar número 42 ubicada en Parral, Chihuahua, así como con familiares de otros municipios que la apoyaron para dar aviso a medios de comunicación.
Uno de sus hijos pequeños presentó vómito desde el sábado 9 en la noche, todos pasaron frío y enfrentaron el fuerte viento que trajo consigo el frente frío número 40 que prevalece en el estado.
Lo que han pedido durante el fin de semana, e incluso hoy, es que la noticia sea divulgada para que su llamado de auxilio sea escuchado por autoridades competentes que puedan rescatarlos de los sicarios, pues ya la gente no confía ni en el Ejército ni en los policías locales.
Niños y mujeres en Jicamórachi están indefensos y a la intemperie, intentan huir y salvar su vida. Afirman que cerca del pueblo hay una aeropista con luz, lo que consideran suficiente para un rescate exitoso en caso de que su mensaje llegue a oídos de quien pueda efectuarlo.
Por su parte, la Zona Militar 42, con sede en Parral, sólo ha dicho que se encuentra realizando las "acciones correspondientes".
El 11 de abril, la Quinta Zona Militar, ubicada en la capital del estado, informó que varias corporaciones acuden a Jicamórachi para evaluar la situación y dar auxilio a los habitantes. En efecto, llegaron tres vehículos con militares, dieron vueltas por el pueblo y ahí permanecen. Sin embargo, quienes aún se encuentran en el monte no se animan a regresar porque desconfían de los mismos soldados, debido a que algunos que llegaron hace días prestan sus vehículos a los delincuentes y pareciera que los apoyan.
Desde la tarde del 10 comenzaron a solicitar apoyo desesperado, porque hay muchos niños. El frío y el viento no cedieron, llevaron con ellos cobijas y algo de comida, pero el miedo ha generado enfermedades en los menores, las señoras se mantienen firmes y desconfían de algunos elementos militares, por lo que esperan que otras corporaciones federales y estatales lleguen hasta donde están ellas.
Jicamórachi se ubica a dos horas de la cabecera municipal de Uruachi. En el pueblo se realizan las ceremonias indígenas más importantes y representativas de las que celebran los pimas de la comunidad de Yepachi. Son las más llamativas en Semana Santa y es la comunidad que mejor conserva sus fiestas y tradiciones.
Testimonios
"Nos quedamos sin ropa, sin nada", dice Juana, una de las mujeres que tras el ataque de hombres armados al poblado está viviendo en el monte por temor a que los agresores regresen.
"Quemaron todas las casas de nosotros y ni cómo salir, no pasa gente ni nada, no tenemos carro, la gente aquí es pobre", explica Juana, mujer indígena que desde hace 12 días se ha alimentado sólo con frijoles.
"Aquí en el monte hay mucha gente todavía. Hay ancianas que andan solas, la más viejita aquí duerme en el monte; en el día va a su casa", relata.
El pasado 1 de abril sicarios abordo de camionetas llegaron a Jicamórachi y desde entonces la pesadilla continúa. Los sujetos armados quemaron por lo menos ocho casas y saquearon otras cuatro.
"Al doctor le quemaron su casa el primer día que llegó la gente mala, y a la maestra del Telebachillerato la agredieron físicamente; ya se fue del pueblo. Ella es de Chihuahua, de la capital o de por allá", narra otra mujer con temor.
"La primera vez que vinieron llegaron disparando a bordo de siete camionetas, una roja, otra gris y dos carros negros. Había también un carro beige, una camioneta negra y un carro azul, todos de reciente modelo.
"En esa ocasión hubo un muerto. Levantaron a un señor y a los cuatro días apareció su cuerpo con señales de tortura y en estado de descomposición. Era casado y tenía tres niñas. Los sicarios se escaparon por la cabecera municipal", abunda la habitante de Jicamórachi.
"Nosotros no tenemos casa, quemaron las casas de toda la familia, la del médico y la de otra familia en total. Este fin de semana fueron pocas. Llegaron esta ocasión en dos camionetas grises con sicarios vestidos de militares, robando y quemando casas, por eso esta comunidad está totalmente azorada y pedimos ayuda al gobierno del estado para que la paz y la tranquilidad vuelvan a este lugar", clama Juana.
Habitantes del poblado informan que el día 11 por la tarde 15 camionetas de la Policía Única llegaron a Jicamórachi y los agentes tomaron fotografías a por lo menos a ocho casas quemadas.
"Estamos acá todavía, en el monte. Nos sentimos más seguras y no nos dan confianza ni los policías, porque no sabemos si de verdad vienen de parte del gobernador (César Duarte). Ahora sí pensamos que van a hacer algo, porque tomaron fotos de todo y nos dijeron que venían de parte del gobernador, pero no nos animamos a pedir que nos llevaran de aquí, nos da miedo", comenta Juana.
Indiferencia del Ejército y la Fiscalía General
"Hoy (12 de abril) escuchamos en 'La Ranchera' de Cuauhtémoc (una estación de radio local), en las noticias de la una, que ese señor de la Zona Occidente (el fiscal) dijo que no está enterado de la situación y que no hay personas muertas. Pero que vengan, hay varias casas quemadas... Que sepa que robaron, abrieron las casas, que por lo menos en estos días hubo una persona muerta aquí en Jicamórachi. En otros poblados se dice de más. Sí nos quemaron las casas, sí estamos en el monte, sí tenemos miedo; necesitamos apoyo", platica la indígena.
Por separado, un capitán de la V Zona Militar informó que ya se han enviado tropas a la comunidad de Jicamórachi para verificar la toma del poblado por un grupo de sicarios. Sin embargo, aseguró que "no ha pasado nada" y que sólo encontraron "un par de jacales quemados".
El mando militar dijo que 100 elementos del Ejército llegaron al poblado y lo encontró en condiciones normales, aunque los jefes militares indicaron que los pobladores, por el mismo miedo, se niegan a hablar de lo sucedido.
La Fiscalía General tiene el registro de seis casas quemadas, pero Carlos González Estrada, vocero de la dependencia, informó que no hay reporte de personas asesinadas. Los elementos de la Policía Estatal, División de Investigación, realizan recorridos aún en las diferentes regiones de Uruachi.
El vocero aseguró que Jicamórachi está en calma.
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